QUIERO ROMPER MIS ATADURAS....
LA LIBERTAD.
No resulta importante el aspecto que tengas, de dónde vengas, cuáles sean las circunstancias que rodea tu vida. Es irrelevante con que mantengas el sustento de tu vida.
¿ Qué anhelas?
¿ Qué llenaría plenamente tu corazón?
¿ Tienes valor de seguir el camino de tu corazón?
¿Tienes el valor de presentarte como necio ante la masa de personas,
Solo porque sigues el camino de tu interior?
¿ Te arriesgas a exponerte al trato injusto de personas ignorantes?
Confía en las fuerzas
Que te sacan hacia fuera desde el interior.
Ellas están ahí cuando todo te falle.
Te protegen y te guían.
Enciende la luz en tu interior, en el templo de tu corazón, con el fin de que ilumine tu camino de regreso a la fuente y de que sirva a otros como luz de la esperanza.
Durante nuestra estancia en la Tierra experimentaremos el dolor y la injusticia del mundo. Pero a pesar de la soledad, la incomprensión y los castigos que aceptamos con resignación y padecemos, siempre debemos permanecer fiel a sí misma y a las fuerzas divinas que actúan. Tenemos experiencias de poder y de impotencia, de libertad y de coacción, de abundancia y de pobreza, todo ello con el fin de restablecer en ti misma el equilibrio de las fuerzas de la libertad, de perfeccionarlas y de desarrollarlas.
Conoce la unidad y la belleza de la vida pura e interior, por la libertad y el amor y a seguir tu camino para dejar huellas de la autentica autoestima.
Experimenta las fuerzas de la luz del amor incondicional, de la libertad y de la confianza. Cuando la luz del corazón te roce, deberás desarrollar en ti la fuerza interior pura, romper las cadenas que te entumecen, dejar atrás de ti los modelos que ya no te sirven, romper los compromisos que ya no te pueden ayudar.
Libera el camino de tu corazón. Establece una amistad contigo misma. Tu eres la persona con la que pasas el mayor tiempo del mundo, en tu vida no sucede nada sin ti. Tiéndete tu propia mano y reconcíliate contigo misma. Perdónate los errores que cometiste. Estos han tenido lugar para que tú maduraras.
Reconoce la fuerza divina que hay en ti, la que te libera. Permanece en la luz pura de tu corazón.
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