Siente el Silencio, escucha el Silencio, saborea el Silencio. El Silencio es la Música de tu Alma

domingo, 3 de junio de 2012

INDEPENDENCIA



Se Independiente y deja que los demás lo sean.
La libertad de los demás, lejos de ser un freno para la mía,
La prolonga hasta el infinito.

Sentirse obligado a visitar, ver o llamar a alguien, aun sin tener ganas.
Estar muy atento a lo que los otros digan o piensen de uno. Calcular y desarrollarse en función de esas percepciones. Permitir que los demás den siempre las órdenes y acatarlas al pie de la letra. Dejarse influenciar por las expectativas familiares y no seguir el propio camino… los típicos comportamientos dependientes.
La independencia significa saber mantener tus propios criterios o valores, no tus opiniones, porque sólo estamos hablando de la facultad que te permite evaluar las situaciones.
Las opiniones pueden y deben cambiar en función de la información disponible, pero los criterios con los que se evalúa tienden a ser más estables.
La independencia funciona sólo si eres capaz de escuchar a las demás personas y respetar sus opiniones, y estar dispuesto a cambiar las tuyas cuando veas que es objetivamente necesario.
La independencia no es testarudez ni terquedad. Recuerda que tu opinión no eres tu, no representa tu persona, sino el nivel de información que tenias en el momento de emitirla. No dejar que los otros tomen las decisiones más importantes.
Una persona madura e independiente no se aferra a sus opiniones. Confía en tu criterio y cambia de opinión y de rumbo sin miedo cuando tengas que hacerlo, pero no olvides que la independencia requiere también que seas capaz de responsabilízate de tus actos. Una oportunidad de ser auténticos y vivir nuestra propia vida. Ser independientes es estar totalmente libre de responder a cualquier relación obligatoria. Implica no necesitar a los demás pero esto tampoco significa no desear relacionarse con ellos. Es encontrar el equilibrio perfecto.


Escribe tu propia declaración de independencia y ponte metas.
Protege tu intimidad y soledad. Toma tus decisiones.
Si una persona es dominante y no puede cambiar, aléjate.
Comienza a valorar las acciones ajenas y a tomar partido por las correctas, pero mantén tu posición.